El jueves a mediodía se presentó en el Salón Balmaceda de la Gobernación de Linares, el libro Colonia Dignidad. Verdad, justicia y memoria. Actividad enmarcada en el proyecto “Colonia Dignidad, Memoria y Derechos Humanos”, que como Asociación hemos venido realizando los últimos meses, en conjunto con el Consejo Regional de la Cultura y las Artes del Maule.

Cabe recordar que Colonia Dignidad, actual Villa Baviera, fue un aliado estratégico en la política represiva y de exterminio de la dictadura. El mismo enclave alemán que hoy se dedica al turismo, fue utilizado como centro de secuestro, detención, tortura y exterminio; allí, se traficaron armas a nivel internacional, y funcionó como laboratorio para la fabricación de gas sarín en el marco de la Operación Andrea. Además de las prácticas internas que mantuvieron a sus habitantes bajo un régimen de autoritarismo, trabajo forzado, castigos y malos tratos durante años en la -entonces – Sociedad Benefactora y Educacional Colonia Dignidad.

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Margarita Romero, presidenta de la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad.

Margarita Romero, presidenta de la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos, dio inicio a la presentación. En su saludo recordó que debido al historial represivo y la red de poder y protección de Paul Schäfer y los líderes de la Colonia, que se ha debilitado pero que aún mantienen, “no ha sido fácil instalar en nuestro país una verdad tan dolorosa, denunciada tempranamente tanto por las víctimas, como por los familiares de las personas que permanecieron secuestradas en Colonia Dignidad, y que allí fueron asesinadas para luego hacerlas desaparecer”.

Asimismo destacó que los ex prisioneros, familiares, abogados, las agrupaciones,  organismos y activistas de derechos humanos,  son los que han llevado a cabo la tarea para avanzar en verdad y en justicia sobre los crímenes cometidos por la dictadura cívico-militar. “Sin embargo, a 43 años del golpe que derrocó brutalmente el gobierno de la Unidad Popular, los chilenos  aún no conocemos  lo que realmente sucedió al interior de Colonia Dignidad con los prisioneros que fueron llevados hasta allí y hechos desaparecer, no conocemos sus nombres ni cuantos fueron,  así como tampoco conocemos el destino final de  un millar de personas detenidas desaparecidas. El Estado de Chile mantiene aún  una enorme deuda en el esclarecimiento de los crímenes de la dictadura” sentenció.

Debido a lo anteriormente mencionado, y con el objetivo de ser un aporte en el trabajo de verdad y justicia, es que compilamos en el libro Colonia Dignidad. Verdad, justicia y memoria, las exposiciones presentadas en el 1º Seminario Internacional sobre Colonia Dignidad, de investigadores, expertos y víctimas del enclave alemán en diciembre de 2014

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Mariana Deisler, directora del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes del Maule.

Mariana Deisler, directora del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes del Maule, junto con saludar a las y los asistentes, destacó la importancia de poner en el lenguaje historias como las narradas en el libro, y a través de ellas, construir nuestra propia realidad, de la que aún faltan muchas piezas para conocer, con certeza, sobre lo ocurrido al interior de la ex Colonia Dignidad.

“Lo que hacemos cuando miramos el mundo alrededor nuestro, también estamos leyendo, la realidad, las situaciones” dijo Deisler, quien además agradeció la posibilidad de “hacer un aporte desde la institucionalidad cultural, que está ad portas de pasar a ser ministerio, de poder contribuir y ser parte de este ejercicio con las asociaciones de derechos humanos”.

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Karen Cea, Claudia Zapata, Mariana Deisler y Gabriel Rodríguez.

El libro fue presentado por la misma Mariana Deisler, de profesión periodista, Gabriel Rodríguez, periodista, escritor y ex prisionero político en Colonia Dignidad, y Claudia Zapata, historiadora y directora del Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos de la Universidad de Chile.

Mariana Deisler habló sobre la profundidad del libro “Colonia Dignidad, Memoria y Derechos Humanos” y su aporte –también- a los procesos culturales y a la discusión en torno a la identidad, respecto a qué se identifica como valioso para preservar a las futuras generaciones y saber quiénes somos.

Deisler recordó al investigador cultural Fidel Sepúlveda Llanos, quien hizo un estudio sobre la sociedad chilena que se refleja en el libro sobre Colonia Dignidad, especialmente en el artículo del abogado y académico Carlos Peña.

“Fidel Sepúlveda identifica dos grandes mitos que marcan – de alguna manera – la identidad chilena. El habla del imbunche y de la Jauja, esta ciudad mítica, que incluso hubo expediciones en el sur de Chile, en Chiloé, en búsqueda de esta ciudad de la eterna alegría, un mundo perfecto. En el otro caso, recoge el imaginario de nuestros pueblos originarios y es un personaje ligado a nuestra cultura mapuche, que personifica de alguna manera dos grandes constelaciones que tienen que ver con el miedo y con el deseo”.

Mariana Deisler, parafraseando a Carlos Peña, compartió la reflexión en torno al libro, ya que en el caso de Colonia Dignidad están presentes el miedo y el terror, como una característica que atraviesa nuestra identidad, y en especial, el caso de los maulinos. La periodista ejemplificó que hace muy pocos años atrás, todavía se vendían campos con los medieros adentro, feudalismo según sus palabras.

“Qué pudiera existir una ‘raza superior’ que llegaba al sur de Chile, ‘a mejorar la raza’, a construir la ciudad perfecta, convive -desde la década de los 60- con estas características” dijo Deisler.

Junto con saludar y tras agradecer la invitación a presentar el libro, Gabriel Rodríguez dijo que “las palabras son las que hacen la realidad, y en este país nos faltan muchas palabras. Una de esas palabras es la palabra genocidio”.

“A partir del año 73 hubo un intento de genocidio, lo que pasó en Chile fue mucho más que “un par de excesos” o un intento por terminar con el cáncer marxista” afirmó. Genocidio de miles que fue frenado por organizaciones de la iglesia, presión de países democráticos, las embajadas y sus representantes, que acudían a rescatar a personas perseguidas por el régimen, recordó Rodríguez.

El ex prisionero político considera que hay toda una historia que tiene que ver con este genocidio, “que no pudo llegar a la solución final, como mencionaban los nazis a su operación contra el pueblo judío” mencionó.

Rodríguez recordó que en la película Colonia, de Florian Gallenberger, aparece una ambulancia, “que no era cualquier ambulancia, sino que en ella se llevaban a los detenidos a la Colonia Dignidad, aliada de la dictadura cívico-militar, centro de refugio de Patria y Libertad, donde se refugiaban para poder ejercer el terror poniendo bombas y botando puentes durante el gobierno de Allende.

También mencionó el caso de Roberto Thieme, quien dirigió desde las sombras el intento de golpe de Estado en junio de 1973, y que tras el fracaso del Tanquetazo se refugió en la Colonia en medio de una ola de rumores que decían que estaba en Argentina.

Respecto al libro, Gabriel Rodríguez, mencionó “que recoge de manera magistral los testimonios, las investigaciones y las ponencias de personas vinculadas al drama humanitario que significa Colonia Dignidad para este país.”

Además destacó que en Colonia Dignidad. Verdad, justicia y memoria, viene la ponencia de Dieter Maier, un gran investigador alemán que ha perseguido el tema de Colonia Dignidad desde hace mucho tiempo, y de Jan Stehle, periodista alemán que trabaja en un centro de derechos humanos y es experto en el tema.

Finalmente Claudia Zapata, historiadora y directora del Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos de la Universidad de Chile, junto con agradecer la oportunidad de presentar el libro, reconoció la labor invaluable de las asociaciones de familiares y ex presos políticos, “darle las gracias por su trabajo paciente, valiente y temerario que han hecho durante todos estos años y que nunca fue tiempo perdido evidentemente”.

“Si algo compartimos todos y todas acá, con la Asociación también, es compartir una convicción bien básica, y creo que es el gran alegato de este libro, que tiene que ver con contemporaneidad, con la vigencia y con la urgencia de los temas de derechos humanos” dijo Zapata.

La historiadora, más que analizar el libro, quiso compartir las resonancias que le produce el libro y esclarecer este pasado reciente pero también pensar en los desafíos que se desprenden de él de forma evidente.

Zapata menciona que una forma de comprender esta historia, es entender a Colonia Dignidad como una cápsula de tiempo que condensa los aspectos más nefastos de nuestra historia republicana. “Uno puede leer esta historia nacional en una dimensión épica, tal vez, hay épocas y épocas y no estamos en un momento para ver el lado épico”. Desde su perspectiva, este punto nos permite pensar en un país que siempre se tiene que estar construyendo. Al respecto afirmó: “Los proyectos de nación no surgen ni terminan con los que los funda, sino que son cuestiones que se tienen que ampliar y eventualmente refundar”.

En consideración de Zapata, esa cápsula que condensa estos aspectos más nefastos son los que quedan muy claros en el libro: Un primer elemento es la complicidad cívico-militar en la contrarevolución de 1973 en adelante, segundo, las políticas del horror que en los relatos son evidentes. Al respecto señaló: “Aquí aparece la Colonia Dignidad como parte de un aparato burocrático, profesionalizado, frío, calculado; lo que la judeo-alemana Hannah Arendt llamó la Banalidad del Mal, y ese es un concepto terriblemente pertinente que no ha perdido vigencia, precisamente porque admite la racionalidad y elude el argumento de la locura como móvil de los crímenes”.

El tercer elemento es la impunidad, que incluye el régimen de excepcionalidad que siempre ha tenido la Colonia desde su fundación (1961), hasta la tardanza en la investigación y en la sanción de los crímenes vinculados al terrorismo de Estado. Además de la falta de investigación de lo que continuó ocurriendo al interior del predio”.

Zapata considera que la excepcionalidad que rodea a Colonia Dignidad tiene su fundamento en premisas que tienen que ver con la “superioridad del pueblo alemán”, debido a la continuidad del relato colonial y racista del Estado chileno. “Quisiera señalar que durante el mismo periodo, incluso del 90 en adelante, es un periodo donde el Estado chileno se ha negado tajantemente a hablar y a poner sobre la mesa una discusión –si quiera inicial- sobre autonomía del pueblo Mapuche con el argumento de separatismo. Esto, cuando toda la vida –fomentó e incluso protegió el separatismo alemán, que además es la acepción más perversa de la autonomía”.

Tras las exposiciones, intervino Gaspar Hernández, dirigente campesino que estuvo detenido en la Colonia, quien contó la superioridad con la que se movían por la zona los colonos y el trato sumiso y servil de las autoridades de la época. “En este mismo edificio, los jerarcas de la Colonia Dignidad venían a hablar con el intendente y subían con un perro bulldog amarrado a la izquierda y con la tremenda pistola, además de guardias privados”.

Finalmente la actividad culminó con un cierre musical de dos cantautores locales, Ana María Lepe, amiga de la Asociación y militante de los derechos humanos, y Francisco Lara quien es hijo de ejecutado político.

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