Desde junio a octubre del presente año, como Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad, en conjunto con el Consejo Regional de la Cultura y las Artes de Talca, hemos estado desarrollando el proyecto Colonia Dignidad, Memoria y Derechos Humanos. Cuyo objetivo es develar, en las principales ciudades de la región del Maule, la historia de crímenes de lesa humanidad cometidos en el enclave alemán por más de 50 años, así como las acciones de denuncia y el trabajo por verdad, justicia y memoria de las organizaciones de la sociedad civil.

En esta oportunidad, y en el marco de las conmemoraciones en un nuevo aniversario del golpe de Estado en Chile, el sábado 10 de septiembre realizamos dos actividades. La primera de ellas, a las 12:00 horas, fue el conversatorio “La importancia de la sociedad civil para los avances en verdad y justicia sobre los crímenes en Colonia Dignidad”, que se llevó a cabo en la Junta de Vecinos Nº5 en Parral.

En el participó el periodista Carlos Basso, autor del libro El último secreto de Colonia de Dignidad (2002), en el que aborda la desaparición del matemático Boris Weisfeiler en las cercanías de Colonia Dignidad. Basso actualmente prepara un nuevo libro de investigación periodística, también sobre Colonia Dignidad y basado en las fichas desclasificadas.

Basso, junto con agradecer la invitación y destacar la importancia del trabajo de memoria de organizaciones como la Asociación, destacó que es muy poco lo que se conoce de Colonia Dignidad y que ésto tiene que ver con la justicia y cómo llegamos a ella.

El periodista y académico de la Universidad de Concepción planteó la necesidad de establecer, de que se entienda, qué fue Colonia Dignidad. Al respecto señaló que la Colonia fue una secta y que no hay una definición que la represente mejor. “De hecho si vamos a todos los estudios que existen sobre sectas destructivas, porque no es una secta a secas, es una secta que tiene un adjetivo y es el adjetivo que le dio el FBI a grupos como estos” dijo.

En su opinión, las personas de la Colonia están siendo sometidas a través de temas teológicos, sustento que le han permitido a colonos como Schäfer satisfacer sus impulsos más perversos. Ésto a través de la perversión de los mensajes básicos de la Iglesia Bautista. Además hizo referencia sobre la necesidad de estudiar el vínculo de Colonia Dignidad y el nazismo, ya que existen antecedentes del contacto que habían establecido.

En cuanto a la desclasificación de documentos, Basso considera que sin duda lo que se hizo hace poco en Alemania es importante. No obstante, señala que esos documentos, que hemos conocido gracias al reportaje que hizo BBC, narra situaciones que ya sabíamos en mayor o menor medida.

Ante el interés de profundizar sobre lo que pasó en Colonia, Dignidad, Basso considera que para eso es necesario desclasificar la documentación que tiene el servicio de inteligencia de la antigua Alemania Federal, hoy servicio de inteligencia alemán. Situación que a futuro el periodista no ve como imposible y recuerda la desclasificación de más de 2000 archivos de la CÍA en 1999.

El otro expositor fue Roberto Celedón, abogado y vicepresidente de la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos, quien ha llevado adelante las demandas presentadas.

Ante la pregunta ¿Cuál es el papel de la sociedad civil en el trabajo por verdad, justicia y memoria? Celedón considera que desde el inicio ha sido fundamental y que sin las agrupaciones de los familiares de detenidos desaparecidos no se hubiese avanzado en el descubrimiento de la verdad. “Sin duda que juegan un rol fundamental en todo este proceso” afirmó.

Además destacó el papel vital de las mujeres en este trabajo por la memoria. “Basta ver quienes conforman las agrupaciones, sin ellas hubiéramos avanzado mucho más lento y todo habría terminado como un tema, como muchas veces lo trataron de presentar, como parte de la crisis de los ‘excesos’ del régimen dictatorial, cuando esa historia no es verídica” explicó.

En su exposición Celedón recordó cuando empezó a relacionarse con víctimas de la Colonia y conoció a Adriana Bórquez. Asimismo como posteriormente estableció relación con los familiares de detenidos desaparecidos desde el enclave alemán y cuánto les costó afrontar los procesos judiciales y cómo les cerraron los sumarios en muchas ocasiones.

“Frente a todas las evidencias que se presentaban no se procesaba a nadie, incluso habían testimonios de Osvaldo Romo, del Dr. Pinchetti que expresamente en los expedientes judiciales decían ‘¡Nosotros hemos torturado!’ o ‘¡Cómo no voy a recordar a Adriana Bórquez y a los demás prisioneros!’. Incluso uno de ellos afirmó ‘No hay nadie que no haya pasado por Colonia Dignidad que no haya sido torturado”. Pero a pesar de todas estas evidencias no se procesaba a nadie. Los cierre de sumarios son bien frustrante para los abogados. Ni había verdad ni había justicia o la verdad no culminaba con actos de justicia”

Sólo a partir del año 2006 con la sentencia de la Corte Interamericana en el caso de Juan Almonacid, un profesor de Rancagua, se logró empezar a cambiar la posición y la jurisprudencia de los tribunales chilenos en relación a no aceptar como elemento de exclusión de responsabilidades la amnistía y la prescripción.

También se refirió a la querella criminal que la Asociación presentó en julio pasado por la Operación Cerro Gallo, realizada el 15 de diciembre de 1973 y el 15 y 16 de marzo de 1974, y que se respalda en los archivos y fichas desenterrados en la Colonia el año 2005. “Aquí participaron exclusivamente militares con jerarcas de Colonia Dignidad, fichas que permiten determinar que la relación de la Colonia y el Ejército de Chile no es post golpe sino que es anterior” confirmó.

Los archivos y fichas son pruebas de la responsabilidad militar, particularmente la de Donato López, así como la participación del Regimiento Arica de La Serena en el que prestó servicios Juan Emilio Cheyre.

Para finalizar, Roberto Celedón afirmó “Sin verdad y justicia no va a haber nunca más, se va a imponer la impunidad y eso como pueblo no lo podemos aceptar”.

Después, en la ronda de preguntas y comentarios, Raúl Lorca compartió la decepción que significó para su familia el hecho de que la directiva del PS se restara de la acusación fiscal en contra de cinco agentes de la DINA responsables por la desaparición de su hermano, el diputado Carlos Lorca, único detenido desaparecido del Partido Socialista.

Asimismo, Ana Aguayo contó que hace unos días la Brigada de Investigación Criminal (Bicrim) se contactó con su familia para citarlos a revisar nuevos antecedentes sobre el caso de su hermano detenido desaparecido, Luis Aguayo. Esperanzados asistieron a la reunión, pero la Bicrim les dijo que solo habían encontrado osamentas de animales y que la búsqueda había terminado.

Finalizado el conversatorio, las y los asistentes se dirigieron a Colonia Dignidad para realizar el acto conmemorativo en las fosas donde se comprobó la inhumación y exhumación de detenidos desparecidos por la dictadura y miembros del enclave alemán.

Tras un viaje de 12 kilómetros – aproximadamente- desde el hall de la Colonia, las y los asistentes emprendieron una caminata cerro arriba para llegar al lugar, cargando fotografías de sus familiares y amigos desaparecidos, acompañados de claveles rojos. Allí, Margarita Romero, presidenta de la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos inició la ceremonia recordando lo que significó el golpe de Estado, que trajo mucho dolor al implantar un régimen dictatorial en una sociedad como la del Chile de entonces, llena de sueños y proyectos para la construcción de un país más justo.

Romero hizo referencia al lugar que visitaron, donde se sabe que muchos luchadores resistentes a la dictadura fueron hechos desaparecer, donde sus cuerpos fueron inhumados para luego hacerlos desaparecer nuevamente. A lo que agregó “Pero también sabemos que ellos están presentes en la memoria colectiva y en la de cada uno de nosotros, porque cada día de estos 43 años, nuestros compañeros y compañeras, detenidos desaparecidos y asesinados han permanecido en nuestra memoria y en nuestras voces cuando pedimos verdad y justicia”.

Durante la ceremonia se recordó a los compañeros y compañeras homenajeados cantando La Cigarra, de la destacada artista argentina María Elena Walsh, y Plegaria a un Labrador del querido cantautor nacional y víctima de la dictadura cívico militar, Víctor Jara.

Ana Aguayo se dirigió a los asistentes: “Hoy es un día muy especial para todos nosotros como familiares de detenidos desaparecidos. Pensaba que iba a ser un año más sin que se recordara como ellos se merecían – como se merecen – por haber luchado por una patria más justa. Tengo una cantidad de sentimientos encontrados por los últimos acontecimientos ocurridos acá en Parral, una ciudad con una densidad poblacional, en aquella época, de 45 mil habitantes que en comparación con otros lugares como Rancagua y Lota, la cantidad de desaparecidos es mucho mayor. ¿Y por qué? Porque aquí estaba el enclave de un grupo de genocidas que se vinieron desde Alemania a exterminar a nuestros compañeros”.

Tras una pequeña pausa agregó: “Ellos permanecerán siempre en nuestra memoria, a ellos no los recordamos ni los recordaremos porque ellos viven en nosotros, permanecen en nosotros y morirán con nosotros. Ellos siempre estarán presentes, mientras quede 1 familiar de un detenido desaparecido aquí estaremos, en las calles exigiendo verdad y justicia y castigo a los culpables”.

 

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