Presidenta de la Agrupación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad formuló críticas a la falta de coordinación institucional para que las propias víctimas y el público puedan acceder a los documentos que contienen antecedentes de violaciones a los derechos humanos en el enclave alemán
TALCA.- Aunque es médico de profesión, la atención de Margarita Romero no está concentrada en atender enfermos. Su misión de vida apunta a un objetivo igualmente relevante, esto es, sanar y rescatar la memoria de las víctimas de violaciones a los derechos humanos que ocurrieron al interior de la Colonia Dignidad durante el régimen militar.
Todo en calidad de presidenta de la Agrupación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad, así como también como flamante consejera del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), cargo que ejerce desde hace un mes en representación de la civilidad.
Por ese motivo, Margarita Romero -oriunda de Talca y con nexos familiares en la zona- visitó recientemente esta ciudad para participar en un seminario organizado por la agrupación, además de una obra de teatro. En ese contexto, se dio tiempo para llegar hasta Diario El Centro a fin de hablar sobre el tema que es hoy es su motivo de vida.
Se trata de la segunda vez que la agrupación convoca a una actividad pública en Talca relacionada con la Colonia Dignidad. ¿Qué impacto se busca y cómo ello ha permitido sensibilizar y reunir a víctimas que se sentían aisladas y abandonadas en sus legítimas demandas?
‘Lo que hicimos es el primer seminario organizado y convocado por nuestra agrupación. Tuvimos una actividad anterior que tuvo que ver con la exhibición de una película y un posterior foro, donde también había ex presos políticos, abogados y el director del filme. Se trataba de un hito importante, porque la película se grabó tras el juicio que Colonia Dignidad llevó adelante contra Amnistía Internacional en Alemania.
Con ello queremos relevar la importancia del rescate y del uso público de los sitios de memoria, tomando en cuenta de la experiencia de otros lugares que han sido recuperados en Chile, que son espacios rescatados para reconstruir historia reciente. La idea es que podamos construir un espacio de memoria en Colonia Dignidad. Un lugar donde los chilenos y todo el mundo, incluidos los alemanes, podamos conocer su historia y lo que sucedió allí en cuanto casos de lesa humanidad.
Nuestro enfoque, como chilenos y ex presos políticos, está más bien en las violaciones a los derechos humanos cometidas contra chilenos que fueron secuestrados y, muchos de ellos, asesinados en Colonia Dignidad. El seminario buscaba justamente reflexionar sobre cómo se construye un espacio de memoria que quede para las futuras generaciones, con un fin educativo y un nunca más’, para que no se repitan estos crímenes cometidos por una dictadura cívico militar’.
¿La declaración como monumento histórico de espacios al interior de Colonia Dignidad fue uno de los pasos importantes en busca de ese objetivo?
‘Sin duda que está en el mismo contexto. Nuestra agrupación ha trabajado fuertemente en la recuperación de la historia de Colonia Dignidad, pero también en la protección de ese espacio. Es decir, cómo logramos que ese lugar no sea destruido y que se transforme en un patrimonio nacional. Es por eso que elevamos una solicitud al Consejo de Monumentos Nacionales y trabajamos por un año en construir un expediente, para que se aprobara por unanimidad la declaratoria como monumento nacional de un polígono al interior de Colonia Dignidad, donde se incluyen las fosas donde hubo inhumaciones y exhumaciones ilegales de víctimas’.
¿Y cómo interpreta usted la oposición que han manifestado los actuales dirigentes de Colonia Dignidad?
‘Creo que esa opinión se debe a que no cuentan con toda la información. Pienso que ellos temen que se les vayan a expropiar esos terrenos. Por ahora, el hecho que un polígono de Colonia Dignidad sea monumento no significa que se les despoje de esas tierras.
Muy por el contrario, significa protección para que esos espacios no sean destruidos. De todas maneras, es importante que se informen más de los alcances de la ley y que, a la vez, sigan reflexionando sobre lo que significa ese lugar. Los colonos deben saber que ese sector tiene que transformarse en algún momento en un espacio de memoria.
Así ha ocurrido en otras partes del mundo, donde luego de episodios traumáticos de sus historias, se han recuperado sitios de memoria. Cito como ejemplo lo que pasó en Europa, después de la Segunda Guerra Mundial, especialmente en Alemania. Creo que los colonos que todavía viven allí no conocen esa historia. Sería muy importante que accedieran a información validada incluso por el gobierno alemán’.
¿Pero realmente es posible que ellos asuman realmente esa historia y se adapten a la idea de convivir con un sitio de memoria?
‘Pensar que en el futuro se pueda construir en el interior de Colonia Dignidad un museo de la memoria es algo que los colonos deben comenzar a reflexionar. No pueden continuar viviendo sin saber que muchos de ellos mismo fueron víctimas en ese mismo lugar de violaciones a los derechos humanos. Ello es claramente incompatible con hacer parecer que se trata sólo de un lugar turístico, donde se hacen fiestas de la cerveza, por ejemplo. Una vez que ellos tomen consciencia de su propia historia, podríamos empezar a conversar para dar ese paso final’.
¿La declaratoria de monumento histórico de los archivos descubiertos en Colonia Dignidad fue otro hito relevante?
‘Exactamente. Una segunda demanda de la agrupación al Consejo fue declarar monumento nacional las dos incautaciones realizadas por la policía y los tribunales el año 2000 y 2005. También esto fue aprobado por unanimidad y, actualmente, esos archivos forman parte de un patrimonio nacional’.
¿Y dónde se encuentran materialmente esos archivos? ¿Son consultables por las víctimas y por la comunidad o ese es otro paso pendiente?
‘El Poder Judicial tiene la tuición sobre esos archivos y físicamente están en la jefatura de inteligencia de la PDI en Santiago. Permanecen allí en custodia temporal, pero estimamos que hay que darles un destino. Ese tema es motivo de discusión y reflexión entre las organizaciones de derechos humanos, junto a las instituciones que se encargan de esta materia.
Estamos hablando del Consejo de Monumentos Nacionales y el Archivo Nacional. Ellos deberían hacer una propuesta al Poder Judicial respecto al destino final de esos archivos. Nuestro planteamiento, como organizaciones que llevamos largo tiempo en el tema de los derechos humanos, es que los archivos de la represión -en términos amplios- deberían tener un lugar especial, ya sea bajo resguardo de alguna de estas instituciones, pero como un espacio reservado para éste tipo especial de documentos.
Eso todavía está por discutirse y no hay nada decidido al respecto. También existe una gran falencia en esta materia, ya que como país no contamos con una ley de archivos que, además, destine un financiamiento especial. Mientras ello no exista, tampoco es posible que estos archivos sean consultados o accesibles a diferentes investigadores, abogados, jueces, familiares de víctimas y sobrevivientes’.
¿Entonces es posible que el Estado asuma el desafío de reunir esa documentación en un mismo lugar?
‘Para las organizaciones de derechos humanos sería algo muy importante, porque así podemos acceder a la verdad, cosa que es una gran deuda del país para con las víctimas. Y por otro lado, sería un aporte a la justicia. Creemos que hacer verdad y justicia es una forma de combatir la impunidad, además de garantizar que estos hechos no vuelvan a repetirse. Por ello, sostenemos que es un derecho fundamental para las víctimas tener acceso a todos esos archivos de la represión. Sin embargo, ha sido difícil’.
Fuente: Diario El Centro
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