El pasado viernes 4 de marzo de 2016 el juez Jorge Zepeda dictó sentencia por el secuestro del ciudadano ruso, nacionalizado estadounidense, Boris Weisfeiler, quien fue hecho desaparecer durante la pasada dictadura cívico-militar en nuestro país.
Weisfeiler trabajaba como profesor de matemáticas de la Universidad de Pensilvania y al momento de su desaparición se encontraba viajando por distintos países de Latinoamérica. El día 3 de enero de 1985 recorría el sector precordillerano, entre la octava y la séptima región de nuestro país, específicamente, en la confluencia de los ríos Ñuble y Los Sauces. En este lugar habría sido detenido por miembros del ejército del Regimiento Chacabuco de Concepción y carabineros del retén El Roble, como indican documentos desclasificados por el departamento de Estado Norteamericano en el 2002 (La Nación 10 de marzo 2005).
A pesar de que aún no están claros los motivos de su desaparición, ni cuál fue su destino, la sentencia viene a cerrar el llamado “Episodio Boris Weisfeiler” adscrito a la causa rol 2.282-9, acumulada a la causa rol 3.302-3 del Segundo Juzgado del Crimen de San Carlos. En ella se declara la prescripción del secuestro de Boris Weisfeiler al ser considerado, por el juez Zepeda, un delito común y no un crimen de Lesa Humanidad. Con esta sentencia ocho acusados, entre ellos miembros de carabineros y agentes de las fuerzas militares chilenas, quedaron absueltos. Asimismo, la compensación pedida por la familia Weisfeiler fue negada y la investigación sobre el destino final de Boris Weisfeiler cerrada.
Como organismo de Derechos Humanos, que trabaja incansablemente por develar los crímenes ocurridos al interior de Colonia Dignidad durante la dictadura, rechazamos este fallo, que una vez más absuelve a los responsables y los deja en completa impunidad, revictimizando con ello a sus familiares. Este fallo, es, sin lugar a dudas, un gran retroceso en el largo camino por lograr justicia y verdad en los casos de violaciones a los derechos humanos cometidos durante la pasada dictadura cívico-militar chilena. Por ello, exigimos verdad y justicia, es decir, que la investigación por la desaparición de Boris Weisfeiler continúe abierta, que los responsables sean sancionados y que su familia sea reparada.
Finalmente, nuestra Asociación extiende su solidaridad a la familia Weisfeiler por los resultados negativos del fallo. Acompañamos el sentir de cada uno de sus integrantes quienes, al igual que las cientos de familias chilenas y latinoamericanas, continúan exigiendo conocer el destino final de sus seres queridos.
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